Menos cosas, más felicidad

Hay algo que estoy experimentando con la crisis y me gusta: desprenderme de aquello que no es imprescindible y rebajar el consumo hacia lo que no sea indispensable. Además de vivir mejor, soy más feliz. Al «editar nuestra vida» y desprendernos de lo superfluo se es más feliz, más libre y se ahorra dinero.
Lo he experimentado huyendo de el consumo compulsivo de la Navidad y ha sido una sensación estupenda.
Graham Hill lo cuenta estupendamente en esta charla TED de marzo de 2011.

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9 comentarios en «Menos cosas, más felicidad»

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  2. Está claro que, huyendo de los convencionalismos, se es más feliz. Hoy me sonreía pasando por las tiendas donde la gente se mataba por las rebajas, después de los dispendios inútiles de las fiestas… ¿estaremos locos? ¿es una necesidad social, acaso?.
    Se vive mejor necesitando menos y teniendo aquello que se requiere en el momento oportuno. Qué rara es la humanidad… un besazo!!

    1. Gracias Isabel. Uno de los problemas que he vivido durante años en Navidad es el de comprar regalos para toda mi gente, intentando sorprenderlos año tras año. Cuando llega una edad, esta tarea se torna en estresante porque tenemos de todo y no esperamos a que llegue el momento de la Navidad para comprarlo. Ahí llega el consumo por el consumo, la costumbre, los convencionalismos…
      En fin, soltar lastre ayuda a vivir mejor.

      Un beso y gracias por tu aportación

  3. Pensando en mi último día en casa antes de volver para Madrid… pensar que para dar un paseo entre tanta gente con bolsas llenas de regalos para descambiar (siempre me ha dado pena) tiendas llenas y luces apagadas, he apostado mejor por irme fuera. Salir a pasear a pueblos con otros ritmos y el menos ha sido más.

    Pero pienso que luchar por ir en contra, elegir lo «diferente» muchas veces es agotador, pero cuando lo tienes claro no hay mayor felicidad.

    PD. Años pensando en huir en navidad, un año tendré el valor.

    1. Gracias Lara. Hablas de tenerlo claro y tener valor para hacerlo. Si llevamos años pensando en que la Navidad sea otra cosa es que no nos llena, es que algo nos sobra… no rehuyo de lo auténtico de la Navidad pero sí de lo superfluo y de lo que me crea estrés y un gasto inútil y excesivo de dinero: comprar por comprar.

      Desde luego que en nuestra sociedad donde salirse de la norma esta mal visto, incluso en nuestra propia familia, cuesta tomar decisiones de este tipo.

      Pero… ¿y qué hay de nuestra felicidad?

      Un abrazo

  4. Muy oportuna esta reflexión tras la vorágine consumista navideña. Nos hemos quedado tiesos con tanto despilfarro y sin embargo el inicio de las rebajas ha sido una locura, quién dijo crisis… Yo me sieto muy agobiada por todas las cosas superfluas que poseo y que en realidad no necesito. Muchas las conservo por cuestiones sentimentales y otras vete a saber por qué. ¿Las necesito? La mayoría no, desde luego, pero no sé cómo aligerar la carga. Acabo de mudarme de casa y he comprobado la cantidad de objetos inservibles que he acumulado. A pesar de lo que he tirado, aún me queda para dar y tomar. He llenado varias vitrinas con preciosas cristalerías que utilizo sólo ocasionalmente, ya sabes: se rompe, es tan bonito y tan frágil… Cuanto más barato, más lo usamos. ¿Para qué queremos el resto? Sería estupendo seguir los consejos del vídeo, pero no lo hacemos, siempre necesitamos más. Voy a intentar simplificar y reducir, pero, francamente, me hago pocas ilusiones, ay…
    Un saludo.

    1. Hola Yolanda. Efectivamente, una mudanza es un momento excelente para poder soltar lastre pero después podemos caer en la tentación de volver a llenarlo todo, especialmente si tenemos más espacio. Hace un año en la reforma de nuestra casa decidimos desprendernos de un montón de cosas y recuperar espacios en la casa para seguir viviendo mejor todos y no estar esclavos de las cosas. A mi me costó especialmente desprenderme de algunas cosas por su valor sentimental pero después me sentí liberado. Ahora se trata de o adquirir más y más por el mero hecho de poseer cosas que no necesitamos.

      Un saludo y suerte en el empeño.

  5. En esa línea estamos caminando todos, viendo cada vez más una sociedad empobrecida y con más diferencias sociales.
    Desde luego el consumo inteligente, incluso con boicots a determinados productos o servicios podrían darnos alguna que otra victoria del ciudadano respecto a esos mercados que nos dominan.
    Yo he decidido reducir el uso de los transportes públicos de Madrid, sobre todo Metro, por el abusivo tarifazo. Ir andando además me da un valor añadido! Siempre que pueda lo haré y hay varios antecedentes de éxito en este sentido.
    Inspirador Víctor, como siempre.
    🙂

    1. Gracias Javier por tus palabras. Reducir el consumo de bienes o servicios es muy difícil cuando nos hemos educado en lo contrario y nos han vendido que la felicidad se compra. El encontrar un valor añadido a ir andando a los sitios, por ejemplo, te reencuentra con el ritmo natural de la vida, que no es poco. La locura de vida en la que pedimos al día mucho más de lo que éste nos puedo ofrecer nos lleva a situaciones desquiciantes. No solo por los bienes o servicios, sino en general, cuanto menos, más.

      En ese camino estamos, aunque sea por la crisis.

      Un abrazo

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