Lo cotidiano no importa (a casi nadie)

11 M

¿Cuántas horas de radio y televisión se han dedicado al «monstruo de Austria» que secuestró a su hija durante 24 años y le hizo siete hijos y muchas barbaridades que no quiero reproducir y que me repugnan? ¿Cuántas páginas de los diarios escritos y digitales? Seguramente, excesivas, no tanto por la magnitud de la tragedia como porque es una noticia que proporciona magníficos titulares y audiencias. Estas noticias son de las preferidas porque no desvelan todos los detalles a la primera y según avance la investigación, el público ávido de nuevos detalles consumirá fervorosamente la carnaza informativa.

Los secuestros, en general, se venden bien, mejor si son infantiles, claro. Si se acompañan de escándalo judicial entonces las tertulias de los medios de comunicación o los foros de Internet echan chispas. En general, lo importante son los hechos, los detalles, la indignación sobre lo sucedido, lo que pudo hacerse, y todo lo demás, dejando de lado, en la mayoría de ocasiones, a los seres humanos y sus tragedias personales.

Sin embargo, afortunadamente, no hay todos los días secuestros o barbaridades como la de Austria; la realidad cotidiana suele ser mucho peor para miles, millones de personas que, lejos del poder mediático de los medios occidentales, nacen, mueren y desaparecen en la mayor de las ignorancias y en el mayor de los olvidos y, como diría Eduardo Galeano, valen menos que la bala que les mata. Tómese bala en sentido figurado y cámbiese por hambre, misil, territorio… el caso es que el horror cotidiano no importa, a casi nadie.

Al mismo tiempo que nos enterábamos de lo sucedido en Austria, en el mundo sucedían muchas que a los occidentales deberían preocuparnos algo más y que suelen ser relegadas a las páginas interiores de los diarios o a la fugacidad de la primera página de la web en lugares difíciles. En esos días en Darfur seguían cometiéndose las barbaridades habituales sin la menor reacción internacional, Israel cometía el enésimo crimen de estado contra niños palestinos en medio de la mayor catástrofe humanitaria producida por el bloqueo israelí en Gaza o en China se dictaban duras condenas a los instigadores de las «revueltas» en el Tibet, por citar tras escenarios diferentes; pero aún más, pasa todavía más desapercibido el llamamiento mundial contra la crisis de alimentos que dejaría en estado crítico (aún más) a millones de personas.

Me vais a perdonar que no hable de educación hoy, ¿o esto no debería contarse en las escuelas?

Ciertamente, a las personas occidentales que tenemos el privilegio de vivir con ciertas seguridades nos cuesta imaginarnos cómo será un día sin agua o una taza de arroz, un día sin poder dormir por el ruido de los aviones pasando sobre tus casas, un día sin ataques de ansiedad por el miedo a que la próxima bomba te caiga encima o un día esperando a que vengan a violarte unos soldados ávidos de relajación y desenfreno. Cuesta mucho, pero es lo que viven cotidianamente muchos millones de personas ante la más absoluta indiferencia de nuestros gobiernos ricos y occidentales y nuestras sociedades. Y en medio de este panorama desalentador, nunca antes tantas personas organizadas en torno a eso que se llama la sociedad civil, hemos podido hacer oír nuestras voces para que las de los que no las tienen no se apaguen ni se pierdan en el olvido, que es peor aún que su propia muerte.

Por eso y por encauzar mi rabia y poder sonreír cada mañana, colaboro con Organizaciones No Gubernamentales que tratan de combatir la indiferencia y luchar por un mundo que sea, cotidianamente, más justo. Todas tienen en común su independencia política y económica (no todas pueden hacer gala de ello) y ofrecer, además, amplias posibilidades de activismo, incluyendo el educativo. Por si os animáis:

logo AI Amnistía Internacional

logo MSF Médicos Sin Fronteras

logo HREA Human Rights Education Associates

Wanted for War Crimes

Imagen: FlickrCC

Comparte

5 comentarios en «Lo cotidiano no importa (a casi nadie)»

  1. Monstruo austríaco: pena de muerte. Josef Fritzl, demuestra el lado mas oscuro de la humanidad, el trato dado a su hija no se puede describir con palabras, es incalificable.La tortura, el dolor y la angustia sufridos por su hija son inimaginables. Son en estos momentos en los que a más de uno le tienta la opción de la pena capital. Como pretender dejar sobre la faz de la tierra a sujetos como este, cierto que es un enfermo, pero sinceramente para mi eso es indiferente, todo acto tiene una consecuencia y es por ello que el castigo que debería caer sobre el sería vacuo incluso aplicándole la pena capital. Este tipo de hechos nos hace pensar una cosa, para tener un perro o un gato, o incluso un coche o un arma las personas deben superar ciertos requisitos, en cambio para engendrar vida y traer al mundo nuevos seres que serán sus hijos, no se necesita ningún examen previo, claro esta que de establecer uno el estado se extralimitaría en sus competencias, pero es que a caso los Norman Bates de este mundo se les debe permitir tener hijos. No quiero entrar en consideraciones religiosas, pero pese a que la capacidad de sobreponerse al dolor sea algo que siempre ha caracterizado a la especie humana, estoy convencido que la vida de la hija de Fritzl estará por siempre marcada. Sé que mi alegato tiene ciertas rémoras al libro de Aldous Huxley "Un mundo feliz". Y sin obviar el hecho de que este tipo de individuos por lo general llevan una vida normal y apacible hasta que se descubre el horror. Así pues, espero que como mero ideal quede mi propuesta, pese a las dificultades y contradicciones que su aplicación entrañaría.
    Carlos Menéndez

  2. hola a tothom:
    Som unes estudiants d’educació social que hem estat visitant el vostre blog i l’hem trobat molt interessant. Ens agradaria poder-lo utilitzar per un treball sobre tecnologies educatives i per això voldriem saber d’on va sorgir la iniciativa de la seva creacio, és a dir, perquè es va crear? Quins usos té?

    Fins aviat i moltes gràcies per les respostes

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Utilizamos cookies para mejorar la experiencia de navegación.    Ver
Privacidad