Me está ocurriendo últimamente cuando leo muchas de las bitácoras que me gustan y ojeo los comentarios agregados en nuestro querido Planeta Educativo: la blogosfera avanza a demasiada velocidad. Al menos para mi.
Me explico.
No tengo capacidad para comprender, asimilar, utilizar y/o recomendar las muchas aplicaciones 2.0 que descubro en la blogosfera. Tengo la sensación que estamos inmersos en una carrera un tanto absurda a ver quién genera, descubre, recomienda o utiliza más herramientas 2.0 sin que medie una reflexión acerca de su uso. Y es ahí donde de verdad agradezco los comentarios y aportaciones de personas que muestran herramientas que han usado para fines concretos (caramba con los videotutoriales), fundamentalmente en las aulas. Porque, en el ámbito educativo, las herramientas están al servicio de los fines y aprender por aprender, sin más, es lo de antes, es decir, aprender «aplicaciones informáticas» que se usarán (o no) cuando y como sea.
Yo asistí entusiasmado en Roa al Primer Encuentro de Edublogs. Tenía una bitácora de aula modesta, psicoaraujo, realizada con mis alumnos de Psicología del Instituto Joaquín Araújo; tenía un grupo en Yahoo donde colgaba materiales y tenía una bitácora en Blogger, Educadores21, con reflexiones educativas dispersas. La introducción del blog y el grupo de Yahoo supuso una revolución en mi forma de dar clase: más interactividad, más actividades de aprendizaje social, más investigación… En Roa descubrí los wikis, Moodle, WordPress, herramientas multimedia, Joomla, Webquest… de modo que cuando regresé a Madrid estaba decidido a «recuperar el tiempo perdido y coger velocidad»: tengo que hacer cambios tecnológicos como crear mi propio dominio, cambiar mi blog personal a WordPress, trabajar la asignatura de Psicología con Moodle, crear una web del Departamento de Orientación…
Ha pasado el primer tercio del curso y algunos cambios han cristalizado. Si estás leyendo este comentario comprobarás que el blog es más cuidado y está realizado con WordPress. Además estoy utilizando BlogDesk para editarlo (herramienta que uso por primera vez y de la cual no estoy todavía convencido de su utilidad). He sido capaz de introducir algunos elementos multimedia en mi blog como audios, vídeos o pequeños montajes de fotografías. Uso regularmente Flickr, YouTube o Metacafe, por citar algunos. Creé mi propio dominio y he aprendido con más esfuerzo y dedicación que otra cosa a usar el FileZilla como gestor FTP. Trabajo desde septiembre la asignatura de Psicología con Moodle. He sido capaz de crear foros, tareas, talleres, diarios, subir archivos, editar webs, añadir recursos, albergar vídeos de gran capacidad en TeleUned. Mi página de inicio es Mi Netvibes. Incluso he instalado un Drupal para el uso en el Instituto. Por supuesto, hago video conferencias con el Skype, navego con Firefox y mi gestor de correo es Thunderbird, aunque tengo una cuenta en Gmail y uso el Google Calendar como planificador.
Sin embargo, todo ello me lleva un esfuerzo y una dedicación tremenda. Esfuerzo porque parto de la nada (tengo nulos conocimientos de lenguajes informáticos), de la intuición y porque, aunque aparentemente todas las herramientas 2.0 son fáciles, hay que dedicar un tiempo que no siempre tengo a conocerlas y manejarlas para poder dominarlas. En este punto veo difícil que se generalice el uso inmediato de las mismas por buena parte de los compañeros docentes.
Yo necesito ir más despacio, asentar los cambios, probar el alcance de los mismos y seguir buscando nuevas soluciones a viejas preguntas…
Sin embargo, no podría vivir sin ello. Me engancha, me gusta, me ayuda a reflexionar sobre todo lo que hago y cómo lo hago. Me hace sentir parte de una comunidad con iguales intereses, me siento conectado, en sintonía, cerca…
Acabo con el agradecimiento a todos vosotros que estáis ahí. De vosotros aprendo, a vosotros os pido ayuda y me la dais; en vuestras páginas me inspiro; vuestra práctica me ilumina y vuestro trabajo me enseña.
¡Menudo carrerón!. Compañero, la web2.0 va rápida, pero lo tuyo es de vértigo también. Es verdad lo que comentas, hay que hacer un esfuerzo tremendo. Yo creo que al margen de que nos chiflen más o menos los artefactos técnicos, es que cada vez que aparece algo nuevo se plantea la posibilidad de hacer algo que antes no se podía o de hacer lo más fácil.
No sé, tampoco me parece solución pararse, aunque yo tampoco acabo de encontrar el equilibrio ¿?
No es cuestión de pararse, evidentemente, pero sí de ir asentando e incorporando a la práctica cambios y novedades. ¿Adónde llegaremos?
Amigo víctor, lo tuyo si que es velocidad. En seis meses, has recorrido el camino que a algunos nos ha costado un par de años recorrer.
Sin embargo, tengo que darte la razón, vamos demasiado deprisa en muchas cosas y esto nos impide reflexionar de forma pausada sobre las implicaciones educativas de nuestros descubrimientos 2.0.
La blogosfera educativa se convierte así en una carrera denodada a ver quien es el primero en dar la noticia de una nueva herramienta o un nuevo servicio, y hay poco espacio para analizar las implicaciones, que estos descubrimientos, tienen en nuestra práctica educativa diaria.
Gracias por recordarlo Víctor.
José
Acabamos de leer en comentario de Ángel Puente alguna de las consecuencias de esta locura pero voy más allá: ¿es posible cambiar tu estilo de enseñanza, tu rol de profesor y asimilar tal cantidad de herramientas? Creo que si analizamos nuestra práctica con alumnos (no lo que haríamos sino lo que realmente hacemos) las herramientas web 2.0 se reducen a unas pocas y la metodología, aquí está la clave, debería ser totalmente distinta a la lección magistral con libro de texto. ¿Esto es así?