“Lo público es la esencia de la democracia y la cultura es la esencia de lo público y de la democracia. Por eso hay que empezar a construir desde la escuela, una escuela que tiene que ser igualitaria y pública. El dinero no puede determinar los niveles de la educación”
Emilio Lledó, Lecturas sumergidas
Vivimos tiempos oscuros. La Escuela Pública no tiene quien la quiera. Desde luego, no la quieren los partidos de derechas ni tampoco encuentra la suficiente defensa en otros que se dicen más de izquierdas. El resultado es conocido: las decisiones políticas han permitido que el poder adquisitivo de las familias y su supuesto derecho a elegir centro esté por encima la garantía de igualdad de oportunidades que solo permite la Escuela Pública. En este artículo reflexionaré sobre el papel que tiene la Escuela Pública en una sociedad democrática avanzada y porqué su defensa y desarrollo a ultranza es un pilar imprescindible de una democracia. El colectivo Ciudadan@s por la Educación Pública, al que pertenezco, habla de unos principios que marcan la Escuela Pública:
- La Educación Pública es un derecho constitucional y un patrimonio nacional irrenunciable.
- La Educación Pública es factor de cohesión social, favorece la igualdad de oportunidades e integra la diversidad.
- La Educación Pública es calidad. No aceptamos que se deteriore, sino que se trabaje para mejorarla desde todos los estamentos.
- La Educación Pública no es un negocio.
Llevo en el mundo educativo muchos años y he asistido en los últimos diez o quince años al auge del negocio educativo. Al amparo de gobiernos de derechas, muchas empresas educativas se han establecido en aquellos lugares donde han visto que tenían una oportunidad de negocio. Coincidiendo con gobiernos de derechas que les regalaban suelo público, estas empresas cobran unas cuotas que funcionan, de hecho, como filtro para la seleccón del alumnado y sus familias. Estas empresas han encontrado un campo abonado para su desarrollo en el desprestigio y abandono de la Escuela Pública, la precarización de su profesorado, la obsolescencia de sus instalaciones y el deterioro constante de la inversión. Cuanto más se ha deteriorado la Escuela Pública más ha crecido la privada, siendo la financiación el espejo de ello: en diez años la financiación de la escuela concertada ha crecido el 25%.
Los defensores del este negocio educativo apelan a la libertad de las familias para elegir la educación para sus hijos, faltaría más, aunque olvidan que ésta no implica que el Estado tenga que pagarla. De hecho, esta libertad es el único mantra que permite a los partidos y gobiernos de derechas, afianzar un modelo de escuela que selecciona en origen a sus alumnos y, de paso, incumple el principio de igualdad de oportunidades. Estoy a favor de la libertad de enseñanza, desde luego, pero en contra de que estos centros privados sean financiados con dinero público, seleccionen a los alumnos y dispongan del suelo público de forma gratuita. En Madrid tenemos ejemplos abundantes de ello como explica Enrique García profusamente en su blog incluso concertando unidades en etapas no oibligatorias.
Pero esto va de Escuela Pública, la que parece que nadie quiere. Es esperanzador escuchar al candidato a Presidente del Gobierno decir que aumentará la inversión en Educación hasta el 5% del PIB pero no es suficiente. En una reunión mantenida la pasada semana con representantes educativos, éstos fueron mucho más allá al pedir que se apueste sin titubeos por la Educación Pública y que ésta no se convierta, como está ocurriendo ya de hecho, en subsidiaria de la concertada. Por ello solicitan:
- Control de la financiación de los conciertos educativos.
- No ampliarlos en ningún caso a las enseñanzas no obligatorias.
- Hacer frente a la privatización del sistema educativo.
La función social de la Escuela Pública es incuestionable porque favorece la igualdad de oportunidades compensando, de alguna manera, la desigualdad de partida existente en nuestra sociedad. Si bien es cierto que vivimos en un país, España, que es la decimotercera economía del mundo, no es menos cierto que el crecimiento económico está basado en la precariedad y en una profunda desigualdad que lastra a colectivos sociales de por vida. Vivimos tiempos en los que la educación entendida como ascensor social no funciona, tiempos en los que estar bien preparado no es garantía de un proyecto de vida digno,tiempos en los que hay millones trabajadores pobres a pesar de tener trabajo.
Escuela Pública: de tod@s, para tod@s.
Plataforma de Vallecas por la Escuela Pública
Las famosas camisetas verdes de la Plataforma de Vallecas encierran una declaración de intenciones y reflejan una realidad de nuestra Escuela: es de todos, es un bien social cuyo valor va más allá de la propiedad privada; y es para todos, porque no deja a nadie fuera.
Una Escuela de todos, una Escuela de la que podamos sentirnos orgullosos como familias, como ciudadanos, como país. Una escuela que irradie ciencia, que se base en los principios éticos y democráticos derivados de la Declaración de los Derechos Humanos, que tenga unos profesores altamente cualificados, comprometidos con su misión y sdignamente remunerados. Una Escuela que no mira de dónde eres, cuánto dinero tienes o qué condiciones personales tienes. Una Escuela inclusiva, diversa, como diversa es nuestro propia sociedad.
Creo que después de tantos años de recortes merecemos que la Escuela Pública tenga la dignidad que nuca debió perder. Merecemos una financiación estable por encima del 5%; un profesorado con carrera profesional, que pueda actualizarse sin tener que renunciar a su tiempo libre. Necesitamos que las ratios de verdad bajen para atender a todos como se merecen. Necesitamos menos horas lectivas y más horas de preparación y coordinación con compañeros. Necesitamos especialistas en inclusión y más orientadores en los centros: la ratio actual es insoportable llegando a estar uno para cada 1000 alumnos en los institutos. Necesitamos que la gestión de la Escuela sea democrática y que las familias participen de forma activa en su gestión. Necesitamos autonomía de verdad, porque no podemos mantener los mismos ratios, plantillas o presupuestos para unos centros en zonas social y económicamente deprimidas que en otras que no lo son. Esa flexibilidad es imprescindible. Necesitamos que la ciencia, el medio ambiente, las artes y las humanidades sean parte fundamental de un currículo cuya ética esté inspridad en los Derechos Humanos. Necesitamos que aprender idiomas no implique segregar a nadie.
Merecemos unas instalaciones acordes a los tiempos que vivimos. Nuestros centros están sin mantenimiento. Necesitamos equipamientos tecnológicos y científicos adecuados, espacios para el deporte, el descanso y las artes. Necesitamos centros gestionados de forma sostenible, con residuos cero, con una climatización adecuada, en el que no pasemos del frío más horribla al calor más intenso. Necesitamos caminos escolares seguros, en pie o en bici, para fomentar nuevos hábitos. Queremos que haya coordinadores de sostenibilidad en la Escuela, como figura que coordine todos los ámbitos relacionados la gestión sostenible.
Os dejo este vídeo que resume muchas de mis ideas. Soy utópico. Sigo apostando por la Escuela Pública.
Yo creo en la pública, por sus valores de defensa de la libertad, por la ausencia de barreras, y porque es la única que garantiza una sociedad inclusiva y con ciudadanos libres.
Totalmente de acuerdo contigo!.Yo tb apuesto X la ed.pública.
Muchas gracias a ambos. Me parecía oportuno reivindicar el papel de la Educación Pública en este momento histórico preciso. Saludos cordiales.