Enseñanzas del confinamiento: teletrabajar para trabajar menos

Cominezo una serie de reflexiones sobre la crisis del COVID-19. No quiero centrarme en los aspectos negativos de la misma, si no más bien, en qué enseñanzas podemos extraer del confinamiento masivo que estamos teniendo en nuestro país. Quiero empezar estas pequeñas reflexiones con el teletrabajo.

Creo que el confinamiento masivo de los trabajadores en España nos ha descubierto que en no pocos sectores el teletrabajo puede hacer realidad un sueño largamente perseguido: se puede trabajar menos. Esta vez la necesidad obliga y nos vemos en casa haciendo uso de herramientas variadas para teletrabajar por necesidad. Propongo que extraigamos algunas concluisones para que el teletrabajo entre a formar parte de la cultura laboral de nuestro país y que en Educación, tenga algún peso específico que paso a abordar.

Parto de la base que el acto educativo se desarrolla en un entorno social y relacional que no existe como tal en la enseñanza virtual. No quiero, en modo alguno, que se prescinda de la enseñanza presencial que tiene todo el sentido, todos los matices y todo el poder relacional y académico que no tiene la enseñanza a distancia. Sin embargo, la necesidad del teletrabajo me lleva a extraer algunas conclusiones que paso a compartir:

  • Una parte de la coordinación docente resulta más eficaz online que de manera presencial. Se enfoca mejor el propósito de la reunión, se preparan los materiales, se gestiona muy bien el tiempo. No digo que haya que sustutuir todas las reuniones presenciales, pero entiendo que muchas de ellas son totalmente prescindibles.
  • Para que estas reuniones sean posibles, la Administración debe proveer las herramientas básicas a todo el profesorado: cuentas institucionales, ordenadores personales, banda ancha, acceso a suites profesionales que permitan la gestión.
  • Es necesaria la formación previa en el uso de estas herramientas in situ, en el propio centro, y/o con apoyo en línea, como parte de los itinerarios formativos docentes de cada centro.
  • Una de las quejas que tenemos el profesorado es la ausencia de horarios de coordinación entre equipos docentes. Propongo que el teletrabajo haga posible esta coordinación de equipos docentes, yo diría una vez al mes, al menos. ¿Quincenalmente, semanalmente?
  • Uno de los problemas que estamos viviendo en el confinamiento es la ausencia de coordinación docente en los deberes: tipo y cantidad de deberes, plataformas usadas para hacerlos, etc. Esta ausencia de coordinación es fruto de la ausencia previa de cultura y práctica coordinación docente. No existía coordinación docente antes del confinamiento, mucho menos ahora. Urge plantearse la coordinación docente para que exista sensatez en las actividades que mandamos a los alumnos, esto es, los deberes. Otro argumento para la coordinación en línea.
  • Cada centro debe tener herramientas en línea que faciliten la tarea educativa. Debe existir un plan global sobre qué herramientas complementan la enseñanza presencial. Esta decisión debe tomarse de forma estratégica, dando tiempo a la formación del profesorado y fomentando el uso de las herramientas en circunstancias normales.
  • La necesidad de planificación es una aliada para el teletrabajo. Es más fácil planificar reuniones, cerrar plazos de proyectos, etc. estableciéndolos en línea.
  • Es posible organizar reuniones de profesores con herramientas en las que se mantienen los turnos de palabra, se escucha a los demás, se comparten materiales, se respetan los tiempos y resultan tremendamente eficaces. Esto se aplicaría a las reuniones con familias, igualmente, en determinadas circunstancias.
  • Podemos aplicar el teletrabajo a situaciones excepcionales que viven nuestros alumnos y familias: alumnado o familias enfermas, alumnado expulsado de los centros, familias que no pueden acudir a reuniones presenciales a los centros… Es una forma de continuar el proceso educativo.

¿Has dicho trabajar menos?

Evidentemente si incorporamos en nuestra rutina el teletrabajo es necesario trabajar menos horas en los centros. Quizás debamos repensar el horario de coordinación de las reuniones de todos los niveles, para que se reduzca ese horario del horario semanal colocándolo como teletrabajo. ¿Sería posible que algunos días del mes tuvieran menos horas lectivas y en esas horas haya reuniones online? ¿Sería factible que en vez de usar los recreos para reuniones o las últimas horas de la mañana se usaran algunos momentos determinados desde casa? No tengo clara la respuesta pero creo que podemos debatir si esto sería beneficioso a la luz de la experiencia del teletrabajo. Ahí dejo el debate.

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2 comentarios en «Enseñanzas del confinamiento: teletrabajar para trabajar menos»

    1. Buenos días. Hay muchos recursos que se ofrecen gratuitamente por un tiempo y después hay que pagar por ellos. Valora si merecen la pena. En mi opinión, para que merezcan la pena deben tener una buena forma de presentar la información, interacción con quién los usa y un feedback adecuado para que haya aprendizaje. Un saludo y gracias por tu comentario.

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