Se acaban de publicar las Enseñanzas Mínimas de Secundaria y la polémica está servida. La Plataforma Nacional de Asociaciones de Profesores de Informática (PNAPI), según publica El Mundo, denunció que el nuevo diseño de las enseñanzas comunes en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ha convertido a su asignatura en un «terreno transversal orientado al ocio, al entretenimiento y a la navegación por Internet».
A su juicio, el Real Decreto de esta etapa en desarrollo de la Ley Orgánica de Educación (LOE) no recoge ninguna de sus propuestas al currículo, puesto que el Ministerio de Educación y Ciencia «ha sesgado de la asignatura de Informática los contenidos propios de esta disciplina», señalando que «tendrán que mal aprenderse en otras asignaturas en las que los introduce».
En relación al Bachillerato, sobre cuyo reglamento trabaja actualmente el Gobierno, estos docentes creen que sí recogerá la asignatura de Informática, pero bajo la denominación de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Sin embargo, Luis Barriocanal publica en su blog, que el Real Decreto sitúa por primera vez la competencia digital entre las ocho competencias básicas que debe haber desarrollado un joven o una joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida.
Desde la óptica de un profesor que piensa que las TIC deben integrarse en el currículo en todas las áreas, y suscribiendo punto por punto la Declaración de Roa, creo que la citada Plataforma no busca sino intereses corporativos orientados a presionar a las administraciones educativas para que sigan ostentando el monopolio de la clase de informática ignorando por completo el alcance de la necesidad de integrar las TIC en todas las áreas y el dominio necesario de las mismas por todos los profesores.
Conocimientos técnicos, sin plantearse para qué. Así no vamos a ningún sitio…