Jazz

Cada día me gusta más el jazz, un estilo de música minoritario, de culto casi diría yo, que me transmite muchas emociones. Sin embargo, al contrario que otros estilos con mayor difusión comercial, principalmente por medio de las emisoras de radio y la televisión, el jazz queda recluido a pequeños espacios en algunas emisoras a altas horas de la madrugada o a los podcast de Internet. Y a la música en vivo, claro.
Y en vivo, es donde el jazz alcanza su máximo esplendor, como el resto de las músicas. En Madrid, la oferta diaria de conciertos de jazz da de sí lo suficiente como para disfrutar de lunes a domingo. Especialmente, a mi me gustan los locales pequeños donde la cercanía con los músicos y el ambiente que se genera es especial. El Café Central y el Café Populart son mis favoritos, especialmente este último, donde siempre que he ido a un concierto hemos acabado en una comunión especial con los músicos, bebidas incluidas.

Los conciertos en grandes espacios (estadios de fútbol, teatros, pabellones deportivos…) permiten grandes montajes escénicos, con un derroche de luces y sonido impensables en un pequeño local. Sin embargo, la cercanía y el disfrute es completamente distinto. Hoy me quedo con los pequeños locales, clubes, para ser más exactos, en los que las improvisaciones y las invitaciones para subir al escenario son frecuentes.

Pues eso, ¡mucho jazz! Por cierto, una buena forma de iniciarse en el jazz es seguir la magnífica colección de El País y los oportunos comentarios de Isidro Vidal en su web Hitzez (hablando, en euskera).
Mis dos web imprescindibles:

  • Tomajazz, de Pachi Tapiz desde Pamplona. Magnífica web con grabaciones, conciertos, reseñas… ¡un lujo!
  • El Club de jazz, de Carlos Pérez Cruz. Tiene un magnífico podcast semanal del que soy asiduo.
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