A pesar de que existen excelentes profesionales de la orientación educativa en la Comunidad de Madrid, la administración regional lleva años sin dar el soporte que los profesionales necesitamos para desarrollar nuestra labor y sin apostar por uno de los pilares de la calidad en el sistema educativo.
En la Comunidad de Madrid trabajamos orientadores en todas las etapas del sistema educativo, desde los Equipos de Atención Temprana, pasando por los Equipos Generales de Orientación hasta los Departamentos de Orientación en los institutos, Centros de Personas Adultas o centros de Educación Especial. Además, existen orientadores en los Equipos de Orientación específicos de Discapacidad Motora, Visual, Auditiva o de Trastornos Generalizados del Desarrollo.
No tengo las cifras oficiales del número de orientadores en los distintos centros y equipos, pero seguro que somos varios miles. Un colectivo cuyo trabajo especializado requiere de una formación específica, de un soporte de profesionales de reconocido prestigio en los niveles superiores de la Consejeria, y de una coordinación que permita desarrollar nuestro trabajo.
Son años los que llevamos en la Comunidad de Madrid sin tener una oferta específica de formación por parte de la Consejería de Educación a través del Centro Regional de Información e Innovación; son muchos los años que llevamos sin jornadas regionales de orientación promovidas por la Consejería o cursos oficiales de especialización (para actualizarnos debemos formarnos de forma privada) y son muchos los años que llevamos sin que existan departamentos especializados en la Consejería en la creación de materiales curriculares, convivencia, identidad digital o en la atención a la diversidad, o en orientación profesional, por citar áreas en las que en otras comunidades autónomas hay ejemplos de buen hacer.
Desperdicio del talento
En Madrid hay talento, hay profesionales de la orientación de reconocido prestigio, hay ejemplos de muy buenas prácticas. Hemos sido pioneros en Atención Temprana, en la integración de alumnado sordo o con Trastornos del Espectro Autista, tanto en Infantil, Primaria y Secundaria, por ejemplo. Hay ejemplos de colaboración con hospitales y centros de salud para la detección precoz de alumnado con discapacidad; con Salud Mental para el abordaje de trastornos graves de comportamiento a través de los Centros Educativos Terapueticos; hemos desarrollado un sistema de Unidades de Integración y Formación Laboral que han sido un ejemplo de éxito; se han realizado experiencias exitosas de escolarización combinada entre centros educativos ordinarios y de Educación Especial; hay una gran número de centros con experiencias de aprendizaje entre iguales o mediación para la resolución de conflictos… la lista de experiencias es interminable.
Podría seguir hablando de experiencias en las que los orientadores somos una pieza clave. Son experiencias de calidad en las que trabajamos con compañeros de centros y fuera de ellos., especialmente con los recursos comunitarios. En Madrid, se aplicó un modelo de orientación que utilizaba los recursos comunitarios como parte de un todo, promoviendo la coordinación entre los profesionales para un único objetivo: el desarrollo del alumno y su proceso educativo.
Pues bien, todo el trabajo de más veinticinco años de la orientación educativa en Madrid, todo ese background de experiencia y éxito se pierde con la llegada de jubilaciones y la ausencia de instancias en la Consejería que recopilen, difundan y promuevan esas prácticas. Tenemos una de las pocas Consejerías de Educación que, incomprensiblemente, todavía no tiene ni siquiera una página web especifica de orientación educativa con los recursos destinados a los orientadores. Incluso el Cuaderno Informativo de Orientación Profesional, una herramienta imprescindible para la orientación académica y profesional, sigue publicándose en formato pdf.
Leyes obsoletas
Uno de los reflejos de esta situación es la ausencia de legislación específica en Madrid en muchos de los campos descritos que hacen que sigamos trabajando con algunas leyes del Ministerio de Educación asumidas como propias por la Consejería. Una situación insólita en el panorama del resto de España donde cada Comunidad Autónoma ha ido desarrollando un modelo de orientación de acuerdo a sus propias peculiaridades. Sirva de ejemplo que en Madrid seguimos usando la Orden de Evaluación publicada en 1996 para la evaluación de alumnado con necesidades educativas especiales, a pesar de los avances científicos y los cambios sociales que ha tenido el propio concepto y la realidad del alumnado con necesidad de apoyo, con o sin discapacidad. Otro detalle. No existe un equipo específico de orientación para alumnos con discapacidad intelectual, el colectivo mas numeroso de lejos entre el alumnado con discapacidad en la Escuela.
Resignación y abatimiento
He visto en los últimos años mucho abatimiento y mucha resignación entre los profesionales de la orientación en Madrid. Esta justificada. Hasta para poder acudir a un congreso de actualización científica tenemos problemas ya que la normativa de permisos no contempla la asistencia a cursos de formación si éstos se realizan dentro del horario escolar.
Madrid, una Comunidad con recursos a la que le faltan personas para poder gestionarlos. A la que le faltan ideas, a la que le falta que alguien asuma la importancia del papel de la orientación educativa.
Realmente, la orientación importa.
Desarrollamos un trabajo imprescindible que habría que cuidar, como a los demás, desde luego, pero teniendo en cuenta algunas particularidades. Asistir a una reunión de coordinación con servicios sociales o a un curso de actualización sobre evaluación de dificultades de aprendizaje no es dejar de trabajar. Es hacer nuestro trabajo. Por cierto, que a esas reuniones vamos con nuestros coches sin recibir nada a cambio. Dudo que en la empresa privada alguien use su coche particular para el trabajo y no se remunere de alguna manera.
Por ultimo, los recortes. Afectan a todos los profesores, pero especialmente nosotros lo hemos notado. Nuestros alumnos, todavía más.
En la Comunidad de Madrid se incumplen todos los ratios respecto a presencia de orientadores en centros. También respecto a profesorado de apoyo.
Ilusión por el cambio
En fin. Escribo esto desde la ilusión en el cambio, desde la esperanza en que el próximo Consejero o Consejera de Educación, sea del partido que sea, ponga a la orientación educativa en su lugar, le dote de medios, prestigie el trabajo de los profesionales y aproveche la enorme experiencia y talento existente. Los orientadores estamos deseando ser escuchados y nos pondremos al frente de cualquier iniciativa que prestigie el trabajo que desarrollamos.
Desde luego, cuente conmigo.
Gracias por tu entrada, Víctor. Las asociaciones de orientadores y orientadoras tenemos que ponernos las pilas para hablar tan claro como en tu entrada y trabajar para el cambio. Un saludo.
Así es, entre todos tenemos que remar para revertir la situación y volver a situar la orientación en el lugar que se merece.
Un saludo cordial
Gracias Víctor, una vez mas, por poner tu voz, a lo que los Orientadores estamos pensando y algunos ahora padeciendo.
Rememos todos en la misma dirección, por una profesión que es un lujo, para el que la desarrolla y para sus destinatarios: alumnos, familias, centros y sociedad finalmente.
Lo que más duele es ver como orientadores de una profesionalidad contrastada no están transmitiendo su gran experiencia para que ésta forme parte de la cultura orientadora y, especialmente, de la ausencia de instancias en la Consejería que ayuden en el desarrollo de las tareas que tenemos encomendadas.
Seguimos adelante.