Treinta y tres profesores y una reflexión

Esos son los profesores de Religión y Cultura Musulmana que hay en España en las Escuelas Públicas, según el informe de la Unión de Comunidades Islámicas de España realizado por el Observatorio Andalusí, órgano encargado de vigilar la situación de la población musulmana de España así como la islamofobia. El informe analiza la situación de la población musulmana que vive en España en el año 2006. Así, algo más de un millón de personas (1.080.478) se consideran de confesión musulmana, de los cuales en la Escuela hay 119.994 alumnos atendidos (no todos, claro) por 33 profesores. Los profesores se encuentran distribuidos de la siguiente forma: 10 en Andalucía, 10 en Ceuta, 11 en Melilla y 2 en Aragón. Las Comunidades Autónomas con más alumnado musulmán, Madrid y Cataluña, no tienen profesores de enseñanza musulmana. La UCIDE demanda de manera urgente para paliar la situación, la contratación de 285 profesores y se queja expresamente de la discriminación del alumnado musulmán por no poder recibir clase de religión musulmana, especialmente en Madrid y Cataluña.

En 1992 el Estado Español realizó un Acuerdo de Cooperación con la Comisión Islámica de España en el que se reconoce, entre otras cosas, en su artículo 10 el derecho a recibir educación religiosa islámica en centros públicos y privados concertados, siempre que no entre en contradicción con el carácter propio del centro. La Comisión Islámica de España es el órgano representativo del Islam ante el Estado Español para negociar cualquier tipo de acuerdo. Agrupa a la UCIDE y a la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas.

En el año 1996, el Gobierno realizó un Convenio económico para la compensación económica de los profesores de religión islámica en la Escuela.

Los textos legales anteriores consagran el derecho de los padres a solicitar una enseñanza religiosa del Islam y la la Comisión Islámica de España a elegir a los profesores correspondientes. El Estado Español debería compensar económicamente a estos profesores; actualmente son las Comunidades Autónomas y el MEC, en Ceuta y Melilla, quienes se hacen cargo de su financiación.

El Consejo de Estado avaló en diciembre pasado en tratamiento de la Religión en la Escuela ante la nueva Ley Orgánica de Educación.

Hasta la aquí la información y ahora mi valoración personal.

  1. Rechazo que en la Escuela Pública la enseñanza de la religión tenga cabida; ninguna religión, católica, judía, evangélica o musulmana debería impartirse en las aulas de centros públicos ya que la formación religiosa pertenece al ámbito privado de las familias y son estas quienes deben decidir dónde acudir (iglesia, mezquita o sinagoga) para recibirla.
  2. La Escuela Pública recoge a lo largo del currículo abundantes y constantes referencias culturales sobre los hechos religiosos y sus implicaciones en la Historia, Literatura, Filosofía, Ciencia, Arte, etc. No podemos ignorar la influencia religiosa en todos los ámbitos de la vida a lo largo de los siglos.
  3. Rechazo la financiación pública del profesorado que actualmente imparte religión en la Escuela Pública (cualquier religión).
  4. Rechazo el sistema de elección del profesorado sujeto a arbitrariedades y en constantes problemas jurídico-laborales que, en mi opinión, no pueden desviar el fondo de la cuestión: no deberían existir.
  5. La formación en valores cívico-éticos corre a cargo de las materias de Ética y de los contenidos transversales de las diferentes áreas, aunque esto pudiera parecer insuficiente. Además, la Acción Tutorial contribuye a formar en valores al alumnado.
  6. Apoyo la creación de una asignatura de Educación para la Ciudadanía que fomente los valores universales emanados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de las diversas disposiciones Internacionales sobre derechos sociales, civiles y políticos. El Consejo de Europa recomienda la instauración de esta asignatura y sus miembros, en mayor o menor medida, recogen planteamientos de este tipo.
  7. Propongo la inmediata derogación de aquellos acuerdos del Estado Español con la Santa Sede, la Comisión Islámica de España o con la Federación de Comunidades Israelitas en lo referente a la enseñanza de la religión en los centros públicos.
  8. Reafirmo la necesidad de la libertad religiosa para vivir en una sociedad laica, dejando la vivencia religiosa para el ámbito privado, sacando cualquier manifestación religiosa del ámbito público, exceptuando aquellas de contenido cultural que no atenten contra los derechos ni la dignidad humana.
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4 comentarios en «Treinta y tres profesores y una reflexión»

  1. Totalmente de acuerdo contigo en todos los puntos menos en el de educación para la ciudadanía; no es que esté en contra de esa materia pero creo que ética ya cubría gran parte del temario y además la mejor manera de trabajar temas de valores es a través de todas las áreas y de la tutoría, para algo existen los temas transversales, que pueden ser más efectivos que una horita a la semana arrancada de aquí y de allí

  2. Esencialmente, comparto tu opinión, pero creo que no está de más trabajar de manera explícita ciertos valores. En todo caso en la transmisión de valores juega un papel fundamental el currículo oculto, es decir, lo que vivimos diariamente en los centros. Así, la forma de resolver conflictos, las discriminaciones (positivas o no), la atención a la diversidad, en general, y a las minorías, en particular… todos los profesores tenemos nuestra visión del mundo que, inevitablemente, transmitimos a los alumnos cuando interaccionamos con ellos. Por eso, el que desde alguna asignatura se haga reflexionar sobre cómo estar en el mundo me parece necesario así nuestra influencia como docentes se intenta minimizar lo más posible. Por eso creo que debe existir una formación explícita con contenidos éticos y morales basada en los Derechos Humanos universales que recoja las particularidades culturales propias que no sean contrarias a éstos.

  3. Me he encontrado con este espacio y veo que esta publicado hace un año. Hoy sigue teniendo vigencia y por ello me pronuncio hoy.
    Sin entrar en un debate largo, porque tengo el tiempo muy limitado en este momento, creo que, y espero no equivocarme, no creo que en las propuestas dadas haya una alternativa a la aportación que pueda ofrecer la asignatura de religión en la escuela e instituto. Me pregunto: ¿se sabe que contenido se da en dicha asignatura?. Bien, si se sabe, ¿es positivo tal contenido? Bien, ahora podemos responder ¿qué alternativa damos? . Bien.
    Teniendo esto claro creo que podríamos evitar quedarnos en “Es necesario enseñar los derechos humanos”, etc… ¿Derechos humanos? Tenemos que ir más allá ¿Cómo se llego a los derechos humanos? ¿Son necesarios? ¿Qué valores hay detrás? ¿derecho natural, derecho civil? ¿Nos quedamos en la palabrería, en los folletos, en las letras… y la acción, es un avance escribir unos derechos que ni siquiera nos molestamos cumplir?.
    En resumen, me preocupa que se quiera eliminar la asignatura y me pregunto ¿qué aportamos ante su supresión?
    Saludos.

  4. José discrepo de tu planteamiento completamente. La enseñanza de la religión -cualquier religión- en la Escuela pública no tiene cabida puesto que habla exclusivamente de los valores morales de una religión en particular mientras que los valores éticos surgidos de la Declaración Universal de Derechos Humanos no distinguen fronteras, credos o religiones.  El mero hecho de que la asignatura de Educación para la Ciudadanía no tenga tradición no la descalifica, como no existía antes la asignatura de Informática y nadie dudaría de sus contenidos.
    Creo que la religión debe permanecer en el ámbito de la esfera privada y salir de lo público, incluyendo, evidentemente, la Escuela.
    Saludos

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